Recibió el galardón, de gran prestigio en el país nórdico, de la mano de la reina Mary en el emblemático edificio de la Ópera de Copenhague
Castan, flanqueado por la reina Mary y la ministra de Educación e Investigación danesa, Christina Egelund
Castan, junto con la reina Mary de Dinamarca, que le entregó el premio en mano Søren Kjeldgaard
Un catalán, elegido mejor profesor universitario de... Dinamarca
Josep Fita
“La vida no se mide por la cantidad de aire que respiraste, sino por los momentos que tu corazón palpitó fuerte”. Esta frase atribuida a Pablo Picasso podría suscribirla Jaume Castan (Sabadell, 1984).
A buen seguro, el corazón le palpitó de lo lindo cuando el pasado lunes, en el marco incomparable del edificio de la Ópera de Copenhague, escuchó su nombre como ganador del galardón a mejor profesor universitario de Dinamarca.
“No me lo esperaba para nada”, confiesa a La Vanguardia. Y ciertamente dice la verdad. Tanto es así, que no se había preparado ni un pequeño discurso en danés, que le tocó hacer.
“Tengo un nivel bastante bueno, pero de saber que era el elegido, me lo hubiera preparado”. Sobre todo, teniendo en cuenta que quien le entregó el premio –otorgado por el Ministerio de Educación- fue la propia reina Mary de Dinamarca.
Como uno de los premiados de la gala (hubo distinciones también para el mejor profesor de escuela de negocios, de enseñanza artística superior…), tuvo la oportunidad de departir unos minutos con la monarca, de la que quedó prendado.
“Desde que hablé con ella soy menos republicano de lo que lo era antes”, arguye. “Es muy carismática, mucho más que todos los políticos que he conocido durante mi carrera, que no son pocos”, añade.
Desde que hablé con la reina, soy menos republicano de lo que lo era antes”
Entre otras cuestiones, estuvieron hablando de la dificultad del idioma danés. Ambos lo saben de primera mano por su procedencia: él, catalán; ella, australiana.
“Le pregunté si me había entendido bien y si había cometido muchos errores gramaticales, a lo que me respondió que no.
Supongo que me engañó [risas]. Me reconoció que es muy difícil para los que no somos nativos”. No obstante, Jaume tiene facilidad para las lenguas: además de español, catalán, inglés y danés, habla francés, serbocroata, algo de árabe –“estudié un año y era capaz de hablarlo, leerlo y escribirlo, aunque lo he ido perdiendo”- y ahora estudia polaco, por la procedencia de su actual pareja.
Aterrizó en Dinamarca en el 2012. Le surgió la oportunidad de realizar el posdoctorado en la universidad en la que hoy trabaja (University of Southern Denmark) y no se lo pensó. De personalidad inquieta, ya a los 22 años tomó un avión para realizar un Erasmus en Belfast (Irlanda del Norte).
Ahí se enamoró “perdidamente” de una chica –“de la manera en la que ya no está de moda enamorarse hoy”, puntualiza-, con la que tuvo un hijo.
Jaume Castan, con la reina Mary y el resto de premiados
Jaume Castan, con la reina Mary, la ministra de Educación e Investigación danesa, Christina Egelund (a la derecha de la monarca) y el resto de premiados Søren Kjeldgaard
Su idea siempre fue la de volver a Catalunya tras el Erasmus para, con el tiempo, convertirse en profesor de secundaria. Pero buscó la manera de regresar a Belfast para estar cerca de su retoño. Y la encontró: le apareció la posibilidad de cursar el doctorado allí.
Durante cuatro años, compaginó estudios con paternidad. Tras doctorarse, todavía permaneció un año más en Belfast trabajando de profesor de castellano y de francés, camarero, “de lo que surgiera”, hasta que se presentó la ocasión del posdoctorado en Dinamarca. Doce años más tarde, lo han designado mejor profesor universitario del país.