El Real Madrid se vio obligado a considerar vender algunas estrellas del primer equipo el próximo verano después de que al Santiago Bernabéu se le prohibiera celebrar eventos musicales hasta marzo de 2025, lo que afectó gravemente a los ingresos del club.
Según un informe de Relevo, el Club Real Madrid se enfrenta a una grave crisis financiera después de que al Estadio Santiago Bernabéu se le prohibiera organizar eventos musicales hasta marzo de 2025.
Esta decisión se tomó tras numerosas quejas de los vecinos del lugar por problemas de ruido, lo que hizo que el club perdiera una importante fuente de ingresos que había previsto con antelación.
Durante la última media década, el Bernabéu ha sido objeto de mejoras a un costo de hasta mil millones de dólares. Para optimizar la explotación y funcionamiento del nuevo estadio, el club firmó un contrato de colaboración de 20 años con la empresa estadounidense Legends.
Según el acuerdo, Legends y la empresa matriz Sixth Street invirtieron 360 millones de euros a cambio del 30% de los ingresos del estadio, con el objetivo de generar 400 millones de euros de ingresos al año. Sin embargo, la prohibición de organizar eventos hizo que este plan colapsara.
La economía del Real Madrid se vio gravemente afectada cuando al Bernabéu se le prohibió organizar eventos.
Para hacer frente a la difícil situación financiera, el presidente Florentino Pérez está considerando vender algunas estrellas de la plantilla.
A diferencia de la temporada pasada, cuando el Madrid rechazó firmemente todas las ofertas para comprar jugadores jóvenes y prometedores, ahora el club se ve obligado a escuchar ofertas para equilibrar las cuentas.
Aurelien Tchouameni es considerado el principal candidato en la lista de liquidación.
El centrocampista francés fue comprado al Mónaco por 85 millones de euros en 2022 pero no ha demostrado el valor adecuado. Más recientemente, los aficionados lo abuchearon en la derrota de la Liga de Campeones ante el AC Milan.
Con un gran potencial, Tchouameni puede aportar al Madrid una cifra de transferencia superior a los 100 millones de euros.
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Antonio Rudiger también está en la categoría de posible salida al recibir el interés de clubes ricos de Arabia Saudita.
Mientras tanto, el dúo Andriy Lunin y Eduardo Camavinga son perseguidos por muchos equipos de la Premier League, especialmente el Liverpool.
Rodrygo, aunque muy apreciado por el presidente Pérez, es considerado el eslabón más débil del ataque con un desempeño inestable.
Sin embargo, Kylian Mbappé -rookie a punto de llegar procedente del PSG- y Vinicius Jr. Hay dos jugadores que definitivamente no serán vendidos. Incluso el Paris Saint-Germain está dispuesto a batir el récord mundial de fichajes con un precio de 250 millones de euros por Vinicius, pero el Madrid sigue decidido a quedarse con el astro brasileño.
Además de la presión por la pérdida de ingresos, el Real Madrid también enfrenta la carga financiera de los nuevos contratos. Sólo Mbappé recibirá un salario de entre 15 y 20 millones de euros al año, junto con un bono por firmar de hasta 100 millones de euros.
El club también acaba de renovar contratos con muchos pilares como Vinicius, Camavinga, Valverde, Carvajal, Lunin, Ceballos y Mendy con salarios notablemente mejorados.
Al contrario, Vinicius y Mbappé son dos superestrellas intocables de Los Blancos.
La ambición del Madrid de fortalecer su fuerza no se ha detenido, ya que apuntan a objetivos de calidad como el defensa Alphonso Davies del Bayern Munich, Trent Alexander-Arnold del Liverpool y el joven talento Florian Wirtz del Bayer Leverkusen. Esto crea aún más presión financiera para el club.
La situación se volvió aún más tensa cuando el Real Madrid acaba de vivir una serie de derrotas ante Lille, Barcelona y AC Milan, mostrando el desequilibrio en la plantilla a pesar de contar con muchas estrellas.
Estos fallos no sólo afectan al rendimiento sino que también hacen que el club pierda dinero en bonificaciones de la UEFA Champions League.
Según la nueva estructura de premios, cada victoria en la fase de grupos recaudó 2,8 millones de euros, mientras que perder dos partidos le costó al Madrid 4,2 millones de euros.
Esto plantea un gran desafío para la junta directiva a la hora de equilibrar las ambiciones deportivas del club y la realidad financiera en el futuro.